La esperanza de vida saludable: un desafío entre vivir más y vivir mejor
Atrás La esperanza de vida saludable: un desafío entre vivir más y vivir mejor
A fondo
La esperanza de vida saludable: un desafío entre vivir más y vivir mejor
El envejecimiento saludable se enfrenta a retos clave como las enfermedades crónicas, la calidad de vida y las desigualdades sociales.
Escrito porRedacción MF
Publicado: 07 enero 2025
El concepto de esperanza de vida saludable, que mide los años vividos sin enfermedades graves o discapacidades significativas, se ha convertido en un tema central en los debates sobre envejecimiento y calidad de vida. En las últimas décadas, los avances médicos y sociales han incrementado la longevidad en muchos países, pero no siempre han garantizado una vida libre de enfermedades crónicas o limitaciones.
El objetivo no debería centrarse únicamente en aumentar la esperanza de vida, sino en mejorar los años vividos con salud. Para los especialistas, la clave está no solo en vivir más años, sino en cómo vivirlos.
Así, los datos respaldan esta preocupación. Mientras que en países como Japón, España y Suiza la longevidad promedio supera los 80 años, la cantidad de años saludables varía significativamente. En Europa, por ejemplo, las personas suelen pasar entre 10 y 15 años de su vida enfrentando enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares o artrosis. Este hecho pone de manifiesto que, a pesar de vivir más, la calidad de vida sigue siendo un reto.
Retos del envejecimiento saludable
Uno de los desafíos principales es el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles, que son responsables de la mayoría de las limitaciones en la vejez. A ello se suma el impacto de los determinantes sociales de la salud, como el nivel socioeconómico, el acceso a sistemas de salud eficientes y el entorno en el que las personas envejecen.
Por otro lado, los avances en investigación y tratamientos están ofreciendo soluciones prometedoras. El desarrollo de tecnologías de diagnóstico precoz, terapias personalizadas y programas de promoción de hábitos saludables están empezando a marcar la diferencia. Sin embargo, estas iniciativas deben ir acompañadas de políticas públicas que fomenten un envejecimiento activo y reduzcan las desigualdades en salud.
Hacia un modelo centrado en la calidad
Especialistas en salud pública abogan por un enfoque que no solo busque prolongar la vida, sino también optimizar la calidad de esos años. Iniciativas como el envejecimiento activo, promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), proponen estrategias integrales que incluyen actividad física regular, alimentación equilibrada y participación social activa.
En este sentido, la integración de cuidados preventivos y de rehabilitación en los sistemas de salud es clave para reducir el impacto de las enfermedades crónicas. La evidencia muestra que los programas de intervención temprana pueden prolongar los años saludables y, en algunos casos, retrasar la aparición de discapacidades.
El envejecimiento saludable no solo es un desafío individual, sino una responsabilidad colectiva. Mientras los sistemas de salud trabajan para adaptarse a las necesidades de una población que envejece, el enfoque debe dirigirse hacia garantizar que esos años adicionales de vida sean realmente años de calidad.